lunes, 13 de octubre de 2008

EL ARBOL DE LA VIDA.


Aquí se vislumbra una constante en la imago colectiva del hombre, desde Mitra naciendo de la copa de un follaje(en los orígenes de la mitología persa)hasta Cristo colgado del SEGUNDO ARBOL en la cristiandad renacentista. Se trata sin embargo de un fenómeno más completo, por así decirlo, es la imagen compensatoria respecto de Adán, que abrió la conciencia del pecado en el "árbol del conocimiento", obviamnete encubierta bajo la creencia de ser producto de una tentación de la líbido. Líbido como energía, en todo caso, y no como apetito únicamente.
En el árbol de la crucifixión , el madero del mesías, cuyo fin es la redención del hombre y la limpieza de todas nuestras faltas, se establece una segunda y nueva relación con Dios, desde cuya expiación se transforma en la mediación, y así con el sacrificio del Hijo , éste se reengendra, y transita hacia su nueva dimensión eterna de la trinidad, cerrando de manera definitiva, el círculo que se mantenía abierto e inconcluso desde el episodio del paraíso perdido.
Más sobre el tema: Símbolos de transformación, obra cumbre de C. G. JUNG.