domingo, 21 de septiembre de 2008

EL VIEJO Y OLVIDADO ANGUITA

Eduardo Anguita Cuéllar nació en Yerbas Buenas, Linares, el 14 de noviembre de 1914. Escritor de esta tierra, que se posicionó a nivel nacional con su poesía intimista profunda y "trans-figurativa", es objeto de estudio e investigación en las Universidades de Cambridge (Inglaterrra) y Columbia ( EEUU ), entre otras. Estudió derecho y se dedicó a la poesía. Su obra literaria comenzó en 1934, cuando tenía 20 años, perteneció a la Mandrágora, pero publicó de manera editorial recién en 1967 con "Venus en el pudridero". Fué Premio Nacional de Literatura en 1988. Reconozco abiertamente su influencia en mi manera de construir la poesía. Y porqué no. Aquí va un pequeño recuerdo para el maestro que no tuve la oportunidad de conocer. El fuego de las brasas de invierno se lo llevó.

MI MUCHACHA SE VA A CASAR
Como un espectro de duración indefinida
como el aliento del caballo que se ha quedado merodeando
en torno al hocico
como la desaparición engañosa del mundo
permaneces rocío de senos blancos
rocío de risa sin miedo, pero profética
Mi niña que te vas a casar con un ser demasiado presente
mi nieve que en la noche se levanta
con ojos tan terribles que parecen
la mirada de alguien que ha naufragado bajo el té
mi fuego que te avecinas por los firmamentos de la memoria
Oh corazón que siempre desea una temperatura exagerada.

Niña, mi nieve intranquila, mi fuego dominante
te vas a casar con una piedra segura
¿Qué va a ser del dulce vapor irreal de tu existencia?
Y tus piernas como sorpresas nacidas a medianoche
y tu vientre como sol guardado
¿Qué van a ser al golpe de esa piedra o ese hombre?

Me necesitas a mí que soy tu plumaje justo
tu arco por donde debes pasar zumbando al delirio
tu selva en donde debes extraviarte
tu mar de amenazas
tu continente flexible.

Nadie ha olvidado tu fantasma
que parecía existir a ciertas horas de calor
ni tus palabras lanzadas para empañar las frutas y las frentes
pero que hacían un ruido que recuerdo
de escritura antigua sobre piedra de escritura seca
ni tu sangre hecha para servir de cortina al pensamiento.

Te vas a casar con una decoración tenebrosa
con un hombre que es una decoración regulada
una decoración con una decoración adentro, como arterias
deshojándose, deshojándose.

Pero me necesitas, hermoso humo de senos blancos
te hago falta, fosforescencia querida
deseo estar contigo para dudar de mí
porque el amor es una irrealidad
apta para comprobarnos.
(escrito en 1935 y publicado en 1971 en "Poesía Entera")

TRANSITO AL FIN
La puerta puede abrirse
puede entrar el ladrido del perro
sin que necesitemos saber nada.

Mientra no entre el viento en nosotros
cuando tenemos los ojos viajando entre los muebles
de la diversidad de los miedos de cada muerto,
podemos reír entre la espuma de lo oscuro.

La seguridad del que abre su vestido privado
dejando mostrar las huellas blancas de los delirios,
con un poco de fuerza se logra concentrar la ceniza invisible,
la sombra, mi muerte particular.

Piedras en la mirada, ya sólido su silencio,
pasos de las manos solas en el cuerpo.
Es así como amamos el aire de la estatua,
el aire que nos empuja a la vejez.

El hombre camina a una habitación semejante
y se coloca el traje que le conduce para siempre.
(escrito en 1934 y publicado en 1971 en Poesía Entera)

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