sábado, 20 de septiembre de 2008

TRES POEMAS DE LA HUMILDAD ORIGINARIA


del inquieto amanecer
cuyo latido me une a un sueño vital
proviene la voz que habla
de mis raíces convergentes


UN SOLO DESPERTAR
Aquella sanguínea sedosidad que bosqueja tu piel
entre fulgores de emanación guardada
irradia la temperatura envolvente
de las horas que no caducan

Te asemejas a un oasis cardinal
de palpitar secreto
en cuyos destellos
se vislumbra
el itinerario de un nuevo rescate

Eres capaz de congregar madrugadas
de un renacer anterior a cualquier acechanza
y en ello me recuerdas una música
de voces más tempranas todavía

He aquí el verdadero canto de tus espejos

Llama tres veces al mismo nombre
haz temblar la aparición de mi individuo
que bajo la misma luminosidad de un sueño
puede llegar a escribirse nuestra aventura

CRUJIDO DE PARPADOS
Le sobra noche a esta noche

La pulcritud del silencio rondante
afina sus canas sobre cenizas esparcidas
tras el velo de la penumbra

Rompe a pedazos la corazonada invisible
de cada ventanal empañado
por la angustia que retorna a su nido perentorio
mientras el miedo coquetea a escondidas
su hermandad lúgubre con el pánico

Un cuarto de hora ya no basta
para pestañear un suspiro
y es toda la oscuridad ese segundo
que almacena el universo asimétrico
de cada pesadilla

No pasará nada esta noche
y sin embargo hasta la más tenue percepción
gira al compás de un mal presagio

LOS ANDES RECOBRADOS
A la A. F. D. D.
A través de su ordenación rocosa
las cordilleras maduradas
en la más genuina crepitación
son recorridas entre sus murallones
por el fragor incesante de los vientos
y su silbido voraz

Al enviar el paso propio a dichos parajes
podemos capturar la presencia de un tiempo
no tan señero que nos acerca
a nuestras reconocibles mortajas

comprobando así que la altitud
de los penachos más pronunciados
además de acentuar las cumbres abandonadas
continúa provocando la cristalización
de las almas allá
en medio de su territorial confinamiento

No hay comentarios: